La lluvia de las Perseidas, también conocida como las "Lagrimas de San Lorenzo" por la proximidad de su máximo de actividad con la festividad de San Lorenzo, es la lluvia de estrellas que todos los veranos nos invita a mirar al cielo. La causan los restos del cometa Swift-Tuttle, cuya órbita atraviesa la Tierra todos los años a mediados del mes de Agosto.
Presenta una actividad de cerca de 100 estrellas fugaces por hora, en las mejores condiciones de visibilidad y cuando ocurre el máximo. Pueden observarse fugaces de esta lluvia desde finales de julio hasta mediados de agosto.
En el año 2015 se esperan picos de actividad los días 11, 12 y 13 de agosto, siendo la noche del 12 al 13 de agosto la más indicada para su observación. En esta ocasión el espectáculo se ve favorecido por la "poca" Luna (la Luna nueva será el día 14 de agosto, por lo que el cielo estará sin luna gran parte de la noche, y su brillo no perjudicará a su observación).
El momento exacto del máximo es difícil de predecir. Un modelo sugiere que se verán más perseidas al principio de la noche, mientras que otro sugiere que será al final. De cualquier forma, el máximo de la lluvia suele durar varias horas, por lo que está garantizado que se verán perseidas toda la noche del 12 al 13, e incluso en noches anteriores y posteriores.
El radiante asoma por el horizonte este hacia las doce de la noche. Se esperan del orden de unos 60 meteoros/hora.
¿Qué es una lluvia de estrellas?
En una noche cualquiera se pueden ver varias estrellas fugaces: una, dos o tres a la hora. Sin embargo, hay determinadas fechas del año en las cuales aumenta considerablemente su número, llegándose a observar cientos e incluso miles... ¡en una sola noche! Esto es lo que conocemos como "lluvia de estrellas" o de meteoros.
Los astrónomos saben cuando se van a producir estos fenómenos, ya que todos los años la Tierra en su caminar alrededor del Sol atraviesa la trayectoria de ciertos cometas. Estos son cuerpos que al acercarse al Sol desprenden pequeñas partículas, la mayoría del tamaño de granos de arena, que quedan flotando en el espacio. Estos minúsculos desechos al entrar en contacto con nuestra atmósfera se transforman en pequeñas bolas de fuego, las cuales se desintegran a unos 100 km. por encima de nuestras cabezas. Son los trazos luminosos que observamos en el cielo, resultantes de la desintegración, a lo que llamamos "estrellas fugaces".
Las "lluvias de estrellas" reciben su nombre de la zona del cielo de la cual parecen provenir. Se producen varias a lo largo del año, como por ejemplo las Leónidas de la constelación de Leo en noviembre, las Perseidas de la constelación de Perseo en agosto, entre otras.
Para ver el mayor número de estrellas fugaces es necesario encontrar un lugar oscuro lejos de la luz que desprenden las ciudades. Otro de los factores que más afecta a la observación es la Luna, ya que su brillo evita que observemos los meteoros más débiles.
Aunque en principio no hay una dirección privilegiada hacia donde dirigir nuestra observación, siempre se recomienda mirar hacia el Norte o el Este, dirección en la que encontramos la constelación de Perseo en verano.
El mejor modo de contemplarlas es a simple vista debido a la rapidez con la que atraviesan el cielo, (en promedio unos 59 km/s), siendo mejor dejar el uso de prismáticos o telescopios para otra ocasión, puesto que abarcan campos de observación más pequeños que nuestros ojos.
Perseidas I
Perseidas II
Perseidas I
Perseidas II
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