Las
bacterias extremófilas son microorganismos capaces de soportar condiciones
extremas, ya que, por lo general, no se encuentran en condiciones habituales en
las cuales viven los seres vivos: pH neutral, temperaturas medias entre 37°,
salinidad baja, etc. La primera investigación que se realizó fue en el parque
Yellowstone, en donde el botánico y microbiólogo Thomas Brock encontró
microorganismos en aguas demasiado calientes que, para ese entonces, se creía
imposible que albergaran alguna clase de ser vivo (Salomone, M, 2005); también
hubo otro descubrimiento importante que fue el de extremófilos en las aguas
supremamente ácidas del río Tinto (Clavería, A, 2004).
Otro
gran hallazgo acerca del tema fue el relacionado con las bacterias encontradas
en profundidades del mar que hasta una época no fueron alcanzadas, pero al
llegar a 2500 metros
aproximadamente empezaron a encontrar vida que creyeron no poder ver en estos
lugares del océano. Después de estos grandes hallazgos, los científicos han
seguido encontrando muchas más extremófilas, resistentes a toda clase de vida
extrema del planeta o… ¿por qué no, de otros mundos?
Las
bacterias extremófilas se han clasificado en distintas clases dependiendo de
sus características:
Anhidrobiosis:
Viven en ausencia de agua.
Acidófilo:
Se desarrollan en ambientes de alta acidez.
Alcalófilo:
Se desarrollan en ambientes muy alcalinos (básicos).
Barófilo:
Se desarrollan en ambientes con presión muy alta.
Halófilo:
Se desarrollan en ambientes hipersalinos
Endolito:
Organismo de suelos profundos. Viven a muchos metros bajo el suelo, incluso en
medio de rocas.
Psicrófilo:
Se desarrollan en ambientes de temperatura muy fría
Radiófilo:
Soportan gran cantidad de radiación
Termófilo:
Se desarrollan en ambientes a temperaturas superiores a 45ºC
Hipertermófilo:
Tienen su temperatura óptima de crecimiento por encima de los 80ºC .
Xerófilo:
Se desarrollan en ambientes con muy baja humedad.
Teniendo
en cuenta que más del 50% de la biomasa terrestre está compuesta por
microorganismos, de los cuales en su mayoría viven en las profundidades del
océano, no sería extraño pensar que provenimos de estos seres microscópicos, y
sería aun menos raro pensar que la evolución surgió a partir de las bacterias
extremófilas las cuales podrían haber soportado cualquier clase de ecosistema
con condiciones diferentes y extremas para nosotros los humanos e incluso para
los animales y plantas que habitan el planeta tierra.
Esta
clase de vida ``al extremo´´ sorprende a muchos investigadores, quienes nunca
habían observado esas especies anteriormente ya que la tecnología que se poseía
antes no era lo suficientemente avanzada para poder estudiar estos
microorganismos; en consecuencia, se habría estudiado hasta entonces el 1% de
la biodiversidad microbiana del planeta tierra. La vida extremófila empieza a
salir a la luz, "La sorpresa viene del concepto homocéntrico que tenemos
los biólogos sobre la vida, o, mejor dicho, que teníamos", dice Amils,
profesor de la
Universidad Autónoma de Madrid. (Salomone, M, 2005)
El
hecho de estar conociendo bacterias extremófilas ha impulsado a algunos
científicos a buscar vida en otros planetas, ya que si pueden vivir en
ambientes tan raros e inhóspitos, ¿Por qué no podrían vivir en Marte o en
cualquier otro planeta? Se han hecho estudios y se ha comprobado que estos
microorganismos podrían vivir en Marte días e incluso años, es más, también es
posible que resistan el viaje interplanetario para poder llegar a estos
lugares. Ahora bien, si analizamos estos hechos no se podría descartar la idea
revolucionaría de la “Panspermia”, que apunta a que la vida en la tierra se
originó a partir de microorganismos congelados en el polvo interestelar, que
llegarían a la tierra por medio de meteoritos que chocaron con esta.
Investigaciones
recientes siguen apuntando a estas teorías, así, el 16 de Mayo de 2001 dos
investigadores italianos de la Universidad Federico II de Nápoles encontraron
bacterias alienígenas en los más de 50 tipos de meteoritos analizados; estos
microorganismos encontrados eran nada más y nada menos que extremófilas de todo
tipo (Nogueira, A, 2003). Teniendo entonces estas pruebas, ¿cuál será el origen
de la vida?, ¿se crearía por bacterias extraterrestres o por la generación
espontánea en la tierra?
Moneras y Protistas
Bacterias extremófilas
Cianobacterias
No hay comentarios:
Publicar un comentario